He sentido siempre ser protagonista de una novela romántica y dramática, siempre en una profunda nostalgia y entiéndase por ella la añoranza por lo perdido, un profundo anhelo lleno de esperanza por mejores tiempos y un letargo cual víctima en filme mexicano de los años cincuentas, el amado Cine de la Época de Oro que tanto gusta a personas atormentadas por sus propios idealismos.
Esta vez en mi novela quiero agradecer a aquellos amantes, entiéndase por amantes al ser amado de ahí la palabra ¿no?, quisiera hacer una oda a ustedes y dentro de ella despertar y pensar que todo ha valido la pena aunque solo quede el recuerdo de lo que fue, aunque ahora me construya de pedazos de amor olvidados por ustedes atesorados por mi.
Si … esta vez hay uno de tantos a quien con mas nostalgia recuerdo, ya sabes que eres tu y solo tu y que solo podrías ser tu, nos dimos tanto y pese a las constantes pruebas de lo que no podía ser… fuimos y nos abrazamos y nos contemplamos hasta que se desgasto el lazo, hasta que desgaste el lazo entre el juego de estire y afloje… un día me perdonaras sino es que ya lo has hecho y ojalá un día yo entienda por que saque las tijeras y lo corte.
Gracias a todos por todo incluyendo al pasajero inadvertido, al participante fortuito, al individuo precoz, al hombre, al niño, al hermano, al accidente del día siguiente que con ansia espera no ser la única vez que se verán, a quien me dejo, a quien me olvido o trata de hacerlo aun, a todos aquellos a quienes no puedo olvidar pero que en mi vida cotidiana ya he hecho.