Es la pregunta que me hice en un poema que por supuesto pocos o casi nadie conoce, un poema, una canción, una pregunta… no se a quien estaba destinado pero esta vez es para mi.
Desde hace tiempo tengo estas ataduras, por no decirles miedos, a reinventarme a través de las palabras, a sumergirme en ideas, imágenes, mundos construidos de sonidos que vuelan en mi cabeza y que son transformados en palabras, palabras que morirán si no son transmitidas a alguienes (ja) mas… las razones de este estado contemplativo en el que me he estado ahogando pueden ser producto de las criticas (tal vez soy bueno, ¿pero soy lo suficientemente bueno para leer?, no se…) o las confrontaciones que puede causar el exponerme a través de palabras (leerme y ser leído). Hoy espero sea el ultimo día en el que siga siendo vegetal para tratar de encontrar a través de la acción la respuesta a esa pregunta de carácter ontológico… y me doy cuenta de la inquietud por crear, vivir, tocar, respirar esa belleza que anhelo tanto, todo el tiempo, esa aspiración por la composición armoniosa de los elementos que me rodean pero que solo se presentan en mi mente para hacerme fantasear y cuando despierto me frustro contento por lo que no es pero que es a la vez por existir como una posibilidad o por lo menos, como consuelo, como un sueño hundido en la nostalgia de lo que fue o de lo que es por lo menos como posibilidad.
Me encantaría poder ser siempre belleza pura, pulida, simple…
¿Cómo jodidos explica eso la pregunta inicial?
Mañana no se, tal vez en tres minutos será diferente o tal vez mientras escribo cada palabra en cada uno de lo ahoras en los que vivo, como bien me enseño mi Maestro en la escuela, habrá una opinión diferente, como concepto general esta vez la VIDA es para ser (trillado y obvio ¿no?) y mi vida es para ser en ese instante, en ese único e irrepetible momento en el que converge la razón y la pasión, la espera y la fe en la perfección, momento en el que salgo de mi para ser mi verdadero yo, pero en la espera… pensar y soñar que soy atardecer, indeciso y caprichoso, cálido o frio, nostálgico pero puntual, culminante, inminente, tan humano que al sonrojarme haya tantos tonos en mi piel como en el cielo.
Son las palabras, los códigos, los textos lo que le dan forma a lo que somos para poder comunicarlo y así colorear nuestros grises.
Alejandro Joan Camarena Medina.
